La adherencia es un tema importante del que todos deberíamos hablar con nuestros médicos. No significa sólo tomar la medicación, sino tomarla de la forma correcta y adoptando unos hábitos de vida saludables que hagan posible que nos beneficiemos de los tratamientos al 100%.
¿Sabías, por ejemplo, que el tabaco reduce los efectos del hidroxicloroquina? Por lo que, quizá, debas plantearte seriamente dejar de fumar.
Eso, también, es adherencia puesto que son hábitos de vida que ayudan a que la medicación que tomamos nos beneficie al 100%. ¿Os parece si hablamos más sobre ello?
¿Qué es la adherencia?
Contrariamente a lo que muchos piensan, la adherencia no significa tan sólo que nos tomemos la medicación. Aunque es un término que durante mucho tiempo se ha asociado al tratamiento farmacológico, la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluye una serie de pautas que nos llevaría a una buena adherencia:
- Toma correcta de la medicación.
- Asistencia a las revisiones médicas que cada paciente necesite.
- Hábitos de vida saludables (deporte, dieta sana…).
Es más, la OMS incluye dentro de la definición de adherencia cualquier cambio en nuestro estilo de vida que nos pueda llevar a una mejor salud: higiene personal, dejar de fumar…
No obstante, me centraré en este artículo en la adherencia como la toma correcta de la medicación prescrita por el especialista.
Las claves para la buena adherencia terapéutica
Sin duda alguna, la principal es comprender por qué razón tomamos las pastillas que tomamos. Es imposible que un paciente siga correctamente su tratamiento sin conocer la respuesta a las siguiente preguntas:
- ¿Por qué motivo me recetan este tratamiento?
- ¿A qué hora he de tomármelo y en qué forma? Antes o después de las comidas, etc.
- ¿Qué debo evitar mientras tome esta medicación? Hay medicamentos que no debemos tomar, por ejemplo, con zumo de pomelo (¡por muy raro que suene!) y otros tratamientos en los que el embarazo está contraindicado. Por último, debemos tener en cuenta aquellos medicamentos que nos hacen fotosensibles para protegernos mejor y los que pueden producir somnolencia.
Aunque toda esta información aparece siempre en el prospecto de cada tratamiento, siempre es recomendable que le hagamos estas preguntas a nuestro médico para irnos a casa más tranquilos.
Tratamientos y efectos adversos: ¿qué hacer?
Son muchos los pacientes que toman malas decisiones en relación con este tema.
Todo medicamento tiene posibles efectos secundarios y esto provoca angustia y miedo en muchos pacientes. No obstante, es importante resaltar que no todo efecto observado tras la ingesta de un medicamento tiene por qué ser un efecto adverso.
Como paciente comprendo muy bien que la sola idea de que nos toque la «lotería» de un efecto adverso no es plato de gusto… Pero eso no nos debe llevar a dejar la medicación sin consultar antes con nuestro especialista, el médico de cabecera o nuestra enfermera.
Sin embargo, ante un efecto adverso muy grave (ej.: shock anafiláctico) debe suspenderse inmediatamente el tratamiento y acudir a urgencias, según nos indica el Dr. Gil en la revisión de este artículo.
El mejor consejo para evitar la aparición del miedo es hacer estas preguntas al médico en cuanto te indique la nueva medicación:
- ¿Qué posibles efectos adversos puede tener?
- ¿Qué posibilidades hay de que me dé algo de eso?
- ¿A qué síntomas debo estar pendiente?
- ¿Qué debo hacer si me da alguno de esos síntomas?
Con las respuestas a estas preguntas apuntadas en un papel, te aseguro que irás a casa tranquilo y sin miedos. ¡Está comprobado!
El mayor problema de la adherencia
Que no haya adherencia es un problema grande ya que, normalmente por miedo, no seguimos el tratamiento que nuestro médico nos ha recetado, mientras él piensa que sí lo estamos haciendo.
Esto es importante, ya que es imposible hacer un buen seguimiento de nuestra salud si la información que le damos al médico no es la correcta
En este aspecto, ten en cuenta lo siguiente:
- Puede que haya otras opciones al tratamiento que te ofrece tu médico (¡ojo! Tratamientos. ¡No terapias alternativas o complementarias!)
- Como paciente, tienes la opción de no seguir un determinado tratamiento, pero siempre hablándolo con tu médico e informándole de que no lo quieres tomar.
Es tan simple como preguntar a tu médico «¿Hay otras opciones a este tratamiento?». Si no las hubiera, es muy importante que hagas todas las preguntas necesarias sobre los pros y los contras de seguir o no seguir el tratamiento.
Sólo si tenemos toda la información y se trata de información médica de calidad podremos tomar una buena decisión. Sin embargo, esta decisión la deberás tomar tú como paciente y, por supuesto, ser consecuente con la decisión que hayas tomado.
A esto, el Dr. Gil señala:
La decisión de seguir un determinado tratamiento es del paciente: principio de autonomía, quien debe tomar esta decisión tras la adecuada información proporcionada por el médico. El médico no decide; lo hace el paciente. Lo contrario sería caer en medicina paternalista.
«¡¡¡Es que son muchas pastillas!!! Me hace recordar que estoy enfermo.»
Si te suena esta frase porque tu mente te la repite cada día, no eres el único que la piensa. Muchos pacientes dejan la medicación por esta misma razón…
La solución para no perder la adherencia ante este malo malísimo pensamiento no es inmediata y es necesario trabajar un poco y tener presente que no estás enfermo, sino que tienes una enfermedad.
El tiempo y ese cambio de percepción, que a simple vista parece tonto, te ayudará a normalizar el proceso de «tomar la medicación». Y, sin darte, cuenta, llegará el día en que veas el medicarte como algo normal.
Si no lo logras, o te desesperas en el proceso (cosa normal), ¡avísanos! Te ayudaremos en lo que podamos.
«No sólo abandonar la medicación es mal cumplimiento; también, y tiene mucha importancia, el no tomar la dosis indicada, ya que además de perder eficacia puede facilitarse en algunos casos (antibióticos) la aparición de resistencias bacterianas que supone un grave problema para el paciente y la sociedad»- añade el Dr. Gil.
El papel de la familia en la adherencia
Como en todo en la vida, la familia y quienes nos acompañan tienen un papel fundamental en la adherencia: desde tranquilizarnos ante los miedos hasta ayudar a los que nos cuesta un poco tomarnos la medicación.
Aunque seamos independientes, siempre es aconsejable que quienes nos rodean (padres, pareja…) sepan qué medicación tomamos y para qué.
Además, implicarlos en nuestro tratamiento y seguimiento nos dará unos buenos consejeros cuando tengamos que tomar decisiones en salud.
El papel del farmacéutico en la adherencia
Nos gustaría aprovechar este artículo para reivindicar el importante papel que podrían desempeñar las farmacias en la adherencia terapéutica.
Desde la Asociación AMELyA Lupus Madrid se está trabajando para dotar a las farmacias de un papel más activo. Mientras tanto, ¿acudes siempre a la misma farmacia?, ¿conocen que tienes lupus?
Esto podría redundar en un mejor manejo de tu enfermedad, ya que los profesionales de farmacia pueden resolver dudas con relación a medicación y, además, pueden aconsejarte otro tipo de productos (cremas solares, hidratantes, etc.) que te ayuden a cuidarte aún mejor.
Adherencia, acceso y economía
Para los pacientes con lupus, las cremas de protección solar son parte del tratamiento y somos conscientes de que muchos no tenéis adherencia a este tratamiento por su elevado coste.
Desde la Asociación Lupus Madrid, gracias al proyecto Frena el Sol Frena el Lupus, ofrecemos a nuestros socios crema de protección solar as precio reducido. Si aún no eres socio, envía un email a info@lupusmadrid.es o envíanos un WhatsApp al 655 588 718.
En España el acceso a salud es universal. Por eso, si tienes problemas a la hora de conseguir tu medicación, dilo a tu médico y ponte en contacto con nosotros. Quizá podamos ayudar.
Licenciada en Economía y autora del blog Tu Lupus Es Mi Lupus.
EUPATI fellow.
Community manager en Lupus Europe, AMELyA Lupus Madrid, ACOLU Lupus Córdoba y SAF España.
Redactora web en AMELyA Lupus Madrid y en SAF España.
El Dr. Antonio Gil Aguado es médico internista especializado en enfermedades autoinmunes sistémicas.